
Hoy en día la educación básica pública da mucho que desear y se ve reflejada en estudiantes que llegan al nivel técnico o superior que demuestran una enorme carencia de conocimientos y preparación para afrontar la realidad.
Muchas son las personas que opinan, critican y plantean recursos, proyectos, políticas y demás para poder mejorar el nivel de nuestra -cada vez más- alicaída educación pública.
Ya es sabido que la cultura juega un rol preponderante en la educación y viceversa pero en la práctica se hace casi nada para que ello mejore y se preserve. Los contenidos y objetivos de la labor educativa están y deben estar condicionados por el contexto sociocultural dentro del que se desenvuelven el educando y el educador, así ambos, constituyen el núcleo de la labor educativa
Hay muchas nuevas perspectivas y metodologías que se deberían aplicar a nuestra tan heterogénea realidad y geografía nacional, pero son muy pocas las aplicadas. Hay tanto por hacer y tan poco que se hace.
Debe diferenciarse una educación local, dentro de la cual se distinga la rural y la urbana. La realidad local, regional, nacional no es homogénea por tanto la educación tampoco debe serlo.
No tiene mucho sentido que, por ejemplo, a educandos nativos de la región amazónica les hagan leer textos con imágenes sobre edificios de 20 pisos, autopistas, grandes centros comerciales, etc. Cuando en su realidad no encuentran nada de eso. Aquellas imágenes pueden usarse como referencia de aquello lejano q algún día podrían conocer, pero se debe incentivar a resaltar lo propio de cada localidad, sus costumbres, sus juegos, su geografía, así y sólo así se podrá fortalecer su identidad local, luego la regional y así se podrá lograr el progreso nacional de manera simultánea.
La educación es un constante aprendizaje tanto por parte del educando como del educador, éste debe plantear cómo y qué debe aprender el educando, y en el cotidiano vivir del educando podrá encontrar aquello que tanto necesita. Cada pueblo de nuestro país posee una riqueza cultural casi inexplorada y los educadores debemos empezar esas exploraciones y enriquecer la educación asertivamente con los elementos interculturales que la misma realidad nos ofrece, como por ejemplo, transformandolos en material didáctico el cual nos permita llegar con mayor fluidez al educando logrando así mejores y mayores aprendizajes significativos en éste.
Somos nosotros, los educadores, los encargados de lograr el cambio en la educación, de nosotros depende desarrollar en nuestros alumnos la integración y la identidad nacional tan heterogénea como valiosa que tiene:
¡NUESTRO QUERIDO PERÚ!
Isabel Atoche Fernández
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